¡Oh, Pelouro!

Otra entrada más, chicos.
En esta entrada tengo que valorar la experiencia educativa en materia de Atención a la diversidad llavada acabo en "O Pelouro" situado en Pontevedra. 
 
O PELOURO no es una “escuela especial” pero sí es una escuela muy especial. Reúne muchas de las características de esas escuelas pioneras, creativas y rompedoras que son capaces de convertirse, simultáneamente, en modelo y en objeto de controversia para el resto de las escuelas. En cualquier caso, reúne una buena parte de las caracte-rísticas que determinan el valor de una institución educativa: 
Una teoría que sustenta las acciones.  
Un proyecto educativo que convierte la teoría en estrategias de acción bien fundamentadas. 
Infraestructuras suficientes para poder llevar a cabo ese proyecto.  
Una fuerte cohesión interna del equipo docente y un fuerte compromiso con los niños que va más allá de la instrucción y el cumplimiento de las tareas académicas.  
 
O Pelouro: la demostración de que existe otra forma de educar
 
Y por encima de todo ello, como la cúpula que sujeta y da luz a todo el edificio, unos líderes conscientes y seguros de sí mismos, capaces de construir una potente propuesta teórico-práctica que da sentido a lo que allí se hace.
 
En O Pelouro conviven niños y adolescentes. Decir “convivir”, en este caso, está lleno de profundas connotaciones emocionales y sociales. Es convivir en el sen-tido más pleno del término: compartir la vida. Los niños atienden con sensibilidad a otros: los adolescentes a los niños pequeños, los niños sanos a otros que padecen algún tipo de dificultad funcional, los que saben más a los que van más lentos. Así se compatibilizan los diferentes ritmos evolutivos y de aprendizaje. El modelo neuro-socio-educativo que está a la base se convierte en un vehículo propicio para una integración normosaludable y socialmente significativa. Niños con autismo en diferentes grados, con síndrome de Down, con alteraciones neurocognitivas com-parten su infancia y sus inquietudes con otros a los que el sistema escolar etiquetaría como hiperactivos, normales o superdotados. 
 
Suena bastante utópico, pero es real. Sería super interesante pasar unos días en el centro para ver qué es lo que hacen entre sus paredes y aprender de todos y cada uno de los que forman parte de esta opción educativa.
 
Un salduo,
 
María
 
 

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