Empecemos por el principio

Muy buenas a todos.

Este blog está creado para la asignatura de "Procesos y Contextos Educativos" del Máster de Profesor de Educación Secundaria en la Universidad de Valladolid. En esta primera entrada que inaugura el blog, voy a presentarme y a contaros mi relación con la docencia. Como no sé bien por dónde empezar, mejor lo haré por el principio.

Me llamo María, tengo 25 años y soy del Sur, de Jerez de la Frontera, provincia de Cádiz. Hija de Adela y Narciso, profesores de Inglés y Filosofía respectivamente; hermana de Pablo, 5 años mayor que yo, ingeniero de Fórmula 1; cuñada de Blanca, doctora en historia del arte; y pareja de Warre, belga, saxofonista de jazz y profesor.

Fui una niña que devoraba libros desde muy pequeña, jugaba en el bosque y la playa y que amaba viajar. Lo de viajar me lo inculcó mi familia, desde muy pequeños nos pasábamos los veranos de viaje por Europa en la furgoneta. Viajar es una experiencia increíble siempre, pero estoy convencida que con ojos de niño se multiplica. Además de la naturaleza y de vivir experiencias en el extranjero, la música no se quedaba atrás en casa. Mi padre es un guitarrista de blues frustrado y a mi madre le encanta cualquier género musical. La tradición era la de ir al conservatorio a los 8 años, como hizo mi hermano y mis numerosos primos.  Por eso mi hermano estudió guitarra clásica y yo, guiada por mi madre, el violoncello.

En el colegio e instituto me fue bien. Me atrapaban asignaturas, pero sobretodo, profesores que me acercaban la materia con entusiasmo. Era el caso de la Biología, la Filosofía y la Literatura.  Me gustaba estudiar, conocer, esa curiosidad que había en mi se sentía cómoda entre tantas materias. Sin embargo, cuando iba al conservatorio todo me parecía más personalizado y me sentía más acompañada. Mi primer profesor de violoncello me acompañó durante 8 años y es a día de hoy como de la familia. Recuerdo cómo se preocupaba por mi desarrollo en todos los aspectos, cómo me daba clases particulares en su casa, cómo me orientaba en mi vida profesional y cómo si me veía un día más bajita de ánimo me decía "deja el cello, hoy vamos a hablar". Me sentí acompañada en el camino en todo momento. Su pasión por la música y su generosidad en su enseñanza me cautivaron.

Hice el Bachillerato de Ciencias de la Salud pero en mi preinscripción a la Universidad la primera opción fue Antropología. Me gustaban las personas, el estudio de las manifestaciones sociales y culturales, de los contextos y de por qué nos relacionamos así a día de hoy. Era un mar de dudas en esa época, me fastidiaba tener que elegir, pero después de mucho pensar, me di cuenta de que de lo que más me arrepentiría sería de no estudiar música. Ahí empezó la aventura.

Me fui a estudiar al Conservatorio Superior de Música de Jaén y, empujada porla tradición familiar de pasar temporadas en el extranjero, estudié con una beca Erasmus en Bruselas, una experiencia dura y enriquecedora que me enseñó mucho. Acabada la carrera entré en otro mar de dudas, pero quise seguir formándome como músico y me fui de vuelta a Bélgica a estudiar un Máster de Interpretación. Esta vez me fui a Gante, una ciudad que me tiene robado el corazón y que os recomiendo visitar a todos. En todos estos años de carrera y Máster he conocido a docentes que me han hecho respetar, amar, comprender y valorar la música como un bien necesario para crear una sociedad mejor. Me di cuenta de que mis ídolos no sólo eran los músicos que escuchaba o que veía en concierto, sino que también aquellos personas que estaban durante el proceso, mis profesores, los profesores. Me di cuenta que mi sueño era parecerme un poquito a ellos y dejar en mis alumnos algo de huella como ellos habían hecho conmigo. Mi recital final de Máster fue dedicado a todas las personas que me acompañaron hasta ese momento, incluido mis profesores.

 

Decidí volverme a España y empezar otra aventura. Además de seguir tocando en orquestas y en diferentes proyectos musicales, compaginé mi vida interpretativa con clases de cello, de lenguaje musical, y en una orquesta joven. Dar clase ha sido una de las experiencias que me han cambiado más como músico, persona y docente. Me hizo deconstruirme, reconstruirme, plantearme qué quería ofrecer a las nuevas generaciones, ser consciente de lo que reproducía de mis antiguos profesores, reflexionar sobre las dinámicas de grupo que ocurrían en clase, evaluar lo que sabía y lo que no sabía, buscar información, nutrirme de diferentes disciplinas de la educación, etc.

Hoy estoy aquí, haciendo este Máster, porque creo que jamás deberíamos conformarnos con lo que ya sabemos para educar, porque el mundo cambia rápidamente y la docencia debería seguir el ritmo. A día de hoy, la tecnología nos pone al alcance de la mano cualquier tipo de información para desempeñar cualquier tarea, pero nos siguen haciendo falta personas que nos acompañen, que nos motiven, que se adapten a nuestras necesidades y que sigan haciendo magia cada vez que entran por la puerta de la clase. Espero poder nutrirme mucho en este año de profesores, compañeros y experiecnias para poder dar lo mejor de mi en cada clase

Hasta aquí he hablado de mi trayectoria profesional, mi contexto familiar y mi relación con la docencia. Además de todo eso, me parece relevante el comentar otras cosas que me definen aparte de la música. Me gusta la naturaleza, visitar pueblos, el yoga, estar con amigos, Marruecos, hacer planes en familia, la cosmética natural, una buena conversación, el orden, cocinar. No me gusta la tecnología, las personas cerradas de mente, el cilantro, los padres que hablan mal de sus hijos, la mostaza y el estrés.

Gracias por haberme acompañado hasta aquí. Nos vemos pronto!

:)